martes, 26 de febrero de 2008
SUS BESOS
son besos tan sentidos, que jamas los voy a olvidar.
Besos apasionados, intensos y perfumados
que siempre retendre como un enigma sin resolver.
besos quejumbrosos, tiernos y cariñosos,
perdidos entre va y venes de un tiempo que se fue.
Todo habia sido tan hermoso,
que hasta los caminos sinuosos de alucinantes ilusiones
habian enderezado mis pasiones.
Ante la evidencia de tanta indiferencia,
solo atino empecinado a refugiarme en mis recuerdos.
domingo, 10 de febrero de 2008
all tonight.....
Yo ya sé que esta noche por mucho que lo niegues, conmigo vendrás.Cuando alguien no tiene ganas de vacilar no pierde el tiempo en hablar.Nunca había visto a nadie pasarlo tan bien diciendo que está tan mal. Todavía podemos sin vertir algún tiempo,si esta historia termina con un buen final.Y esta noche vamos a pasarlo muy bien, cambiaremos a un juego en el que no puedes perder.Esta noche...No llames deshonestas a unas proposiciones que velan por tu bien.Irás sobre seguro porque sé que no quieres apearte de este tren.Me da igual lo que digas te delatan tus ojos que no saben mentir.Y has bajado defensas y sospecho que el trecho que nos separa,mucho va a reducir.Y esta noche ...
martes, 5 de febrero de 2008
Fallida Experiencia
Verano. Los ùltimos rayos de sol iluminaban las copas de los àrboles. se aspiraba olor a tierra humeda, esponjosa y negra del bajo monte. Por el carcomido tronco de la selva las vivoras se habian deslizado y, anudadas en el ramaje, tomaban sol. Los chicos las hondeaban hasta hacerlas caer para cazarlas.
El padre levanto un huevo traslúcido y sobre el dado de la piedra azul de la casa jugo su experiencia: ¡cuidado, hijos, miren, este es un huevo de vìbora, pero lo veo muy esfèrico!... tomó dos canuto de caña y empezó a golpear cautelosamente. Las minúsculas vívoras no aparecieron sino un tierno caparazón y el labio rosado de los caracoles gigantes.
Fallida la experiencia, quedo sobre la piedra la película y los restos cretaceos del huevo. Llego la noche polinizada de luciernagas; un tucu cayo sobre la piedra como un imán, apago las luces, y comenzo a devorar el disco carnozo del huevo de caracol. Los hijos se fueron callados a la cocina y despertaron de paso al búho que aùn dormía; éste dio fuertes aletazos, rozo la piedra y se quedó cuadrado y quieto en el almendro bajo una lluvia vibrante de pétalos blancos.
El tucú alzo vuelo y, derramando el cáliz de luz ventral sobre la piedra del festín, chocó en los ojos del búho y se alejó borrando en la pizarra azul de aquella noche una quebrada y grafica despedida.
Tocó,tocó-tu-cú. Tocó,tu-cú... gritaba nuestro amigo el búho y los chicos se reian y nosotros tambien.