miércoles, 29 de julio de 2009

El alma tenías
tan clara y abierta,
que yo nunca pude
entrarme en tu alma.
Busqué los atajos angostos,
los pasos altos y difíciles...
A tu alma se iba
por caminos anchos.
Preparé alta escala
—soñaba altos muros
guardándote el alma—
pero el alma tuya
estaba sin guarda
de tapial ni cerca.
Te busqué la puerta
estrecha del alma,
pero no tenía,
de franca que era,
entradas tu alma.
¿En dónde empezaba?
¿Acababa, en dónde?
Me quedé por siempre
sentado
en las vagas
lindes de tu alma.

1 comentario:

Xaj dijo...

Adonde estaba, si. La entrada a lo que nunca pudimos abrir.

Abrazo Hadri!