Un letargo al corazón, en lo más profundo,
partiendolo en incontables pedazos
para que no se guardase nada nunca más...
Pero cuál era la necesidad,
o no, fué por la minúscula ciudad que permitió sucediera lo imaginado.
Impensable!!! Tanta vulnerabilidad cubriendo el lugar!
Ay esta pena... ha vivido en un vaivén tanto tiempo
y ha soportado tantas injusticias.
hoy ha tenido que detenerse y darse cuenta de que hay que permanecer
en un solo lugar,
en el cual no este el fantasma... ¡ de mi bendita oscuridad!.
1 comentario:
Hay que detenerse alguna vez...y dejar que los fantasmas se vayan bien lejos.
Saluditos, muchos. Abraxos, mas.
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